¿Hay una diferencia entre la gente sin ansiedad y yo?

Sí. Una diferencia grande. Al principio tal vez no la veas, pero entre más me conozcas, más la podrás ver.

La mayoría de la gente tiene el gran poder de no “sobrepensar” las cosas, de no formarse ideas absurdas en la cabeza y creerlas todas, y de no tomar los más pequeños detalles y darles un significado erróneo. Mi pensamiento siempre se va al peor escenario posible, ideas fatalistas. Y les doy vueltas hasta convencerme de que son reales. Luego, ya no puedo respirar bien, todo mi sentir se presenta de manera física en mí. A éstos se le llaman “pensamientos intrusos” (intrusive thoughts).

Sé que es demasiado pedir, querer que me convenzan de que todo está bien, cuando el razonamiento lógico es: “¿Por qué no habría de estarlo?”. Sé que es demasiado pedir que alguien más haga algo que mi mente debería de poder hacer sola.

No recuerdo cuando empecé a tener ansiedad, pero recuerdo que al día de hoy tengo cerca de 10 años con ese monstruo abajo de mi cama. A veces se porta muy bien y a veces parece que destruye mi vida y juega con mi forma de sentir, burlándose de ella.

Tampoco sé hasta cuando la tendré o si estará conmigo por siempre. Todo lo que mi ansiedad hace sentir a la gente en el exterior me lo hace a mí por dentro, al doble. Estrés. Desesperación. Confusión. Ganas de salir corriendo…

A veces puedo calmarme, pero entre más importante sea la situación para mí, más difícil se vuelve esa tarea. Parece que entre más quiera estar bien, menos puedo hacerlo.

Mi mente dice “preocúpate”, dice “quiero estar bien pero no puedo/no sé qué hacer”, dice “por favor pretende estar bien”, dice “es que algo malo pasa”, dice “ya por favor, Daniela, sé normal y cálmate”, dice “si no te calmas, vas a causar problemas innecesarios”. Y después, lo único que puede pensar es “te lo dije, ya arruinaste todo”.

Es un círculo vicioso de intentar estar bien para que todo lo demás este bien, porque si todo a tu alrededor está bien, tu vas a poder estar bien. Whatever that means…

El proceso de vivir y lidiar con la ansiedad es diferente para cada persona. Reafirmación y constancia son dos de los factores que me ayudan a pelear contra la mía.

¿Qué no daría por dejar de tener esto? Sería más fácil para mí y para todos. Tengo muchas virtudes y muchas cosas buenas que ofrecer. Lamentablemente, las opaca este monstruo que cuando sale, muere por ser el centro de atención.

No sé como explicarlo, es algo entre el efecto de bola de nieve y la paranoia. Es como vivir perpetuamente en un simulacro de que algo malo va a pasar y no saber que es un simulacro… sólo al final ves que nada pasa y te das cuenta que no había razón para alterarte.

Sé que puedo estar bien, sólo necesito mi paciencia y un poco de la de los demás. Ya se pasará esto y podré estar bien con las personas que más quiero.

PS. Perdón por demostrarte ahora sí la diferencia entre las personas sin ansiedad y yo.

Dime lo que piensas