Qué pasa cuando te pierdes?

Qué pasa cuando te pierdes a ti misma?

Cómo le haces para regresar a tu esencia, a tu versión que te gusta, que te cae bien?

La respuesta a la primera pregunta en mi caso es: “Se oscurece todo en tu vida.”

La respuesta a la segunda pregunta, la verdad no la sé. Daría mi vida por encontrarla. Daría lo que fuera por borrar del mundo y del tiempo los momentos oscuros.

Yo sé que soy mejor que esto, soy mejor que esos pensamiento.

Sé lo que yo aporto y sé que es muy valioso y difícil de encontrar en la vida.

Pero cuando todo oscurece, parece que en vez de aportar, sólo estoy quitando. Estoy quitando tiempo, aire, paz, felicidad… Estoy fastidiando, hartando, desesperando, cansando…

No sé a donde se va mi “yo” bueno, amable, generoso, lindo y feliz, cuando tengo minutos, horas, días y semanas de oscuridad ansiosa.

Ya tengo un progreso mapeado en mi cerebro, un avance muy bueno. Tengo que dejar de dar pasos para atrás y salir de la oscuridad que logró alcanzarme en mi momento más vulnerable. Y lo voy a lograr.

inseguridad

Tenía una inseguridad cuando estaba chiquita. Creí que se me quitaría con el tiempo, cuando fuera “grande” según yo. Pero ahora veo que no se ha quitado.

Quiero pensar que está más controlada, pero la realidad es que aún me duele, aún me hace enojar, aún me da coraje, aún la tengo presente en la base de mi pirámide de inseguridades (así es, toda una pirámide).

Es algo que me da vergüenza porque es algo común que puedes escuchar a los niños chiquitos decir. ¿Cómo puedes tener pensamientos que sabes que son malos e inmaduros y no puedes quitártelos de la cabeza? Sin duda, las experiencias que tienes en tu niñez, te forman, te construyen y te destruyen, todo a la vez.

En el fondo de todo, siempre me he sentido en su sombra, siempre es él a quien todos quieren escuchar, siempre es él al que hay que cuidar, es él quien tiene los mejores chistes y hace reír a todos, es él quien tiene más talentos, es él quien tiene los mejores temas de conversación, es él quien encaja con todos, es él quien tiene esa habilidad que tanto deseo de tener a las personas tan atentas a escucharlo, es él a quien nadie interrumpe ni ignora, es él quien cae bien a todos, es él quien es tan amable, es él quien es considerado “interesante”, es él quien es desapegado, es él quien tiene una vida menos controlada centímetro por centímetro… todo esto, contrario a mí. Es él quien puede hacerme sentir más invisible.

Y no es su culpa… ni siquiera sé si hay alguien a quien culpar, probablemente si hay que culpar a alguien sería a mi misma. Tal vez lo veo como competencia porque nunca he ganado, y sé que está mal. Es un sentimiento que debo afrontar y aprender más sobre él. Es mi inseguridad más secreta, más perturbadora y más pegada a mis huesos y mi alma.

Yo soy mi propia persona. Yo soy afable por mí misma y mi manera de ser, no por lo que hago mejor o peor que los demás. Son frases que debo seguir creyendo para poder creer en mí misma ante el mundo.

Abrumador

Sé que lidiar conmigo lo es. Entre más trato de explicar lo que siento más me siento victimizarme a mí misma. Y me hace querer callarme, pero mi mente no para de mover mi boca.

Sé que puedo ser la mejor persona, sé que soy buena pero quiero mejorar muchas cosas. Pero es algo que podré lograr en el futuro, cuando entienda que debo estar bien conmigo para estar bien con todos los demás. 

Sé que mis preguntas son abrumadoras. Sé que son repetitivas y desesperantes, porque me siento repitiendo lo mismo y desesperándome a mi misma. Sé que son controladoras, sé que hago preguntas porque deseo saberlo todo y prepararme para lo que pueda pasar después.

Sé que mi inseguridad se nota. Y eso me hace más insegura… irónico. Conozco la raíz de muchas de mis inseguridades, de otras, aún no las entiendo bien. 

Sé que me preocupo mucho. Sólo lo hago cuando algo es muy importante para mi. 

Sé lo que quiero y lo que no quiero. Sé lo que puedo lograr. Sé que valgo la pena. Sé que valgo la pena.

¿Hay una diferencia entre la gente sin ansiedad y yo?

Sí. Una diferencia grande. Al principio tal vez no la veas, pero entre más me conozcas, más la podrás ver.

La mayoría de la gente tiene el gran poder de no “sobrepensar” las cosas, de no formarse ideas absurdas en la cabeza y creerlas todas, y de no tomar los más pequeños detalles y darles un significado erróneo. Mi pensamiento siempre se va al peor escenario posible, ideas fatalistas. Y les doy vueltas hasta convencerme de que son reales. Luego, ya no puedo respirar bien, todo mi sentir se presenta de manera física en mí. A éstos se le llaman “pensamientos intrusos” (intrusive thoughts).

Sé que es demasiado pedir, querer que me convenzan de que todo está bien, cuando el razonamiento lógico es: “¿Por qué no habría de estarlo?”. Sé que es demasiado pedir que alguien más haga algo que mi mente debería de poder hacer sola.

No recuerdo cuando empecé a tener ansiedad, pero recuerdo que al día de hoy tengo cerca de 10 años con ese monstruo abajo de mi cama. A veces se porta muy bien y a veces parece que destruye mi vida y juega con mi forma de sentir, burlándose de ella.

Tampoco sé hasta cuando la tendré o si estará conmigo por siempre. Todo lo que mi ansiedad hace sentir a la gente en el exterior me lo hace a mí por dentro, al doble. Estrés. Desesperación. Confusión. Ganas de salir corriendo…

A veces puedo calmarme, pero entre más importante sea la situación para mí, más difícil se vuelve esa tarea. Parece que entre más quiera estar bien, menos puedo hacerlo.

Mi mente dice “preocúpate”, dice “quiero estar bien pero no puedo/no sé qué hacer”, dice “por favor pretende estar bien”, dice “es que algo malo pasa”, dice “ya por favor, Daniela, sé normal y cálmate”, dice “si no te calmas, vas a causar problemas innecesarios”. Y después, lo único que puede pensar es “te lo dije, ya arruinaste todo”.

Es un círculo vicioso de intentar estar bien para que todo lo demás este bien, porque si todo a tu alrededor está bien, tu vas a poder estar bien. Whatever that means…

El proceso de vivir y lidiar con la ansiedad es diferente para cada persona. Reafirmación y constancia son dos de los factores que me ayudan a pelear contra la mía.

¿Qué no daría por dejar de tener esto? Sería más fácil para mí y para todos. Tengo muchas virtudes y muchas cosas buenas que ofrecer. Lamentablemente, las opaca este monstruo que cuando sale, muere por ser el centro de atención.

No sé como explicarlo, es algo entre el efecto de bola de nieve y la paranoia. Es como vivir perpetuamente en un simulacro de que algo malo va a pasar y no saber que es un simulacro… sólo al final ves que nada pasa y te das cuenta que no había razón para alterarte.

Sé que puedo estar bien, sólo necesito mi paciencia y un poco de la de los demás. Ya se pasará esto y podré estar bien con las personas que más quiero.

PS. Perdón por demostrarte ahora sí la diferencia entre las personas sin ansiedad y yo.

The truths

Do you wanna know the truths that I know?

I know I’m scared of the future. It’s the root of my anxiety. I know I miss some things from my past. That’s the root of my nostalgia.

I know I’m easy to leave behind. That’s what I’ve experienced. I know that all the good I can do, won’t be enough. I’m not going to stop doing it.

I’ve always said that I’d rather trust and be hurt, than not trusting at all. The truth is I need to change that. I need to be my own rock and my own self and my own superhero. The truth is I don’t know if I could save the world someday, but I need to save myself.

We love deeply

We love deeply… most say “too” deeply, we feel faster, we’re constantly scared of being broken, of being hurt, scared of losing the one we love, people call us weak, make fun of us, break us over and over. It makes it hard for us to trust, most of us have trust issues, most of us have heard things that don’t make sense to us, “you love too much” “you feel too much” “you’re too good a person”. Being sensitive is hard… at times we’re grateful for it, but at other times it feels like a curse to us. We get played, used, we’re easy targets. We wanna help everyone cause we’ve been there, and we wanna be nice and it’s in our nature to help as much as we can. And we keep getting played and used.

Yes, we are sensitive, yes we love deeply, deeper than a lot of people could even understand, and yes we are loyal, honest, and true. And it scares the hell out of us. We have trust issues at the least, if not a lot more psychological traumas. We live afraid… Being sensitive isn’t all that beautiful as it sounds… it makes life rather hard and harsh… worst part is, most of us can’t change, and a lot of us can’t understand our own beauty and wish we felt less so that we could live like the rest of the world and maybe for once in our lives not be scared and not worry and fit in… hell sometimes we wish we were numb or at least less sensitive than we are, like the rest of the world. So we wouldn’t care about every little thing. Because we love and care so deeply, that one small thing could be fatal to us.

-Anonymous

¿Qué te digo?

¿Qué puedo decirte? Que las venas no son las únicas raíces que terminan una vida al ser cortadas. Que las veo como salen por mi piel y se extienden al cielo hasta alcanzarte a ti y a los halos de humo que se desvanecen en el aire.

No sé qué es lo que te gustaría que te dijera. Sólo sé que no es lo que tengo que decir. Porque yo debo hablarte de la manera en que los dobleces de tu ropa bailan cuando caminas. Del sueño que tuve que involucra dinosaurios, aliens, ladrones y fiestas incómodas. De cómo me quemé hoy en la mañana con mi café y que fue un gran inicio de un mal día. De como mi ansiedad me está comiendo por completo y no he tenido ningún rastro de aire que alcance mis pulmones el día de hoy.

Necesito que escuches, que no ridiculices ni minimizes mis expresiones. Déjame explicar por qué necesito decir banalidades y que las escuches. Para mí es la única manera de conocerte. Más allá de que te pregunte o me preguntes. Conocernos es hablarnos banalidades como si habláramos a las estrellas y ver cómo reaccionamos. La manera de reaccionar ante las banalidades y las emergencias es como sale nuestra verdadera esencia.

Y si no puedo decirte eso, ¿qué te digo?

No quiero gustarte nunca en la vida.

No quiero gustarte nunca en la vida. 

Espero que nunca me veas y digas, “Bueno, sí me gustas”. En primera, será tarde… en segunda, no quiero ser suficiente para tí. No busco ni buscaré ser suficiente para tí ni para nadie. No quiero que bajes tu guardia, o “estándares” como yo les llamo, para decir, “Me gustas a pesar de esto o lo otro”. No es un cumplido que me digas eso. Nunca aceptaré que te conformes con algo de mí. No es un cumplido tampoco. ¿Sabes por qué? La verdad no me importa que alguien me quiera. Porque yo no busco algo a medias que yo doy por completo o más allá. Yo tengo algo que es una maldición y un don. Eso me permite no cerrarme a nadie, pero le permite a mi corazón caminar frente a mi cabeza muchas veces, y por eso lo lastiman. Yo nunca voy a aceptar que me ofrezcas algo de película romántica, si yo estoy dispuesta a dar toda una novela clásica. No es justo que le digas a nadie “Me gustas a pesar de eso”. No creo que nadie deba esperar eso. Porque sí, con mis defectos y todo, yo no busco pasar ningún examen en tus ojos. Busco sobresalir en los de mis propios ojos.

Nosotros los Nobles Millennials

¿Nobles? ¡Nobles!

Probablemente esta palabra no parece la más adecuada para describir a nuestra generación como consumidores. En muchísimos artículos nos pintan como los consumidores más exigentes, lo cual es muy cierto, pero es sólo porque entregamos más de lo que entregaban otras generaciones a los productos, marcas y compañías a las que juramos lealtad.

Continue reading